La Galería Odalys, de Madrid, inaugura el sábado la muestra “Manuel Cabré. Pintor del Ávila”
Nadie supo, como el pintor Manuel Cabré (Barcelona, España, 1890 – Caracas, 1984), representar en óleo la belleza cambiante del cerro que da forma al Valle de Caracas: el Ávila.
La luminosidad de la montaña, sus colores, sus sombras y las formas que se desprenden de éstas, se van transformando con el pasar de las horas del día, y el artista, uno de los máximos representantes del paisajismo en Venezuela, supo captar en sus cuadros esa policromía y, sobre todo, expresar su amor por el Ávila, hoy devenido en nostalgia, memoria y arraigo para quienes conforman la diáspora de venezolanos en otras partes del mundo.
Desde el sábado 13 de julio, a las 12:00 horas, la Galería Odalys, ubicada en Orfila 5, 28010, Madrid, inauguró la exposición Manuel Cabré. Pintor del Ávila, integrada por siete obras en las destaca el estilo único del que fuera uno de los fundadores del Círculo de Bellas Artes de Caracas, junto a su padre Ángel Cabré y a su amigo Antonio Edmundo Monsanto, y al que pertenecieron artistas como Armando Reverón, Luis Alfredo López Méndez y Federico Brandt, entre otras importantes figuras de la plástica venezolana.
En la muestra, que podrá ser visitada hasta el 12 de septiembre, figuran obras como Subida del descanso Guarataro. San Juan. Caracas, de 1920; Paisaje del Country Club, y San Juan a Angelitos, de 1919, además de un retrato y otros paisajes naturales.
Todas las piezas de la exposición corroboran lo apuntado por el artista visual Juan Calzadilla: “Cabré es un naturalista no en relación con la realidad si no con el sentimiento objetivo de su experiencia visual de la realidad. Para él la naturaleza es un móvil más que un objeto tomado al pie de la letra como un tema. En sus paisajes él trata de configurar un orden paralelo al de la naturaleza, y en esta medida obliga al espectador no a reconocer en su obra un fragmento recortado del paisaje natural, tal como podría verse a través de una ventana, sino a enfrentarse a su capacidad inventiva del espacio”.
Así, Manuel Cabré. Pintor del Ávila ofrecerá al público la posibilidad de acercarse a paisajes que más que reproducir la naturaleza, estimulan estados de ánimo. Como diría en alguna ocasión Alfredo Boulton: “Sus paisajes tienen un extraño sentido de fuerza emocional donde el tema alcanza ese mismo vigor en que el artista ha puesto su voluntad e inspiración en captarlo, en traducirlo, en presentarlo”.
La Galería Odalys está abierta de martes a sábado, de las 11:00 a las 14:00 y de las 15:00 a las 20:00 horas
El Fascinante Origen del Día de las Bromas de Abril El Día de las Bromas de Abril, conocido también como “April Fools’ Day”, tiene raíces históricas sorprendentes. A mediados del siglo XVI, el Año Nuevo se celebraba entre el 25 de marzo y el 1 de abril. Todo cambió cuando un decreto del rey de Francia, conocido como el Edicto de Roussillon, trasladó esta festividad al 1 de enero. Sin embargo, la noticia no llegó a todos de inmediato. Muchas regiones francesas y colonias protestantes en América, por desconocimiento o resistencia, siguieron festejando en abril, lo que les ganó el apodo de “tontos”. Con el tiempo, esta confusión dio paso a una tradición única. Los norteamericanos, ingeniosos y burlones, transformaron el 1 de abril en el Día de las Bromas, una fecha para sorprender con travesuras y regalos divertidos. Lo que comenzó como un error histórico se convirtió en una celebración global, donde la creatividad y el humor son protagonistas. A pesar de su origen europeo, el Día de las Bromas trasciende fronteras. Hoy, empresas, medios y personas aprovechan esta fecha para conectar con audiencias mediante bromas ingeniosas, fortaleciendo lazos sociales y culturales. Es un recordatorio de cómo un malentendido puede evolucionar en algo positivo y entretenido. Fuentes adicionales: “The History of April Fools’ Day” (History.com) “April Fools’ Day: Origins and Traditions” (National Geographic) https://www.tiktok.com/@mscnoticias?lang=es
Con más de 13.000 años extinto, el lobo gigante renace en laboratorio como el primer caso exitoso de desextinción, gracias a la edición genética avanzada de Colossal Biosciences. Colossal Biosciences ha alcanzado un hito sin precedentes al presentar tres cachorros que combinan el ADN del lobo gris moderno con variantes genéticas del lobo gigante, especie desaparecida hace más de 13 000 años. Tras recuperar ADN fósil en 2021, el equipo identificó 20 genes clave asociados a mayor tamaño, densidad de pelaje y robustez ósea. Utilizando CRISPR, editaron células de lobo gris para crear embriones implantados en madres sustitutas caninas, dando lugar a Rómulo, Remo y Khaleesi, dos machos de seis meses y una hembra de dos meses, respectivamente. La directora científica de Colossal, Beth Shapiro, calificó a estas crías como “el primer caso de éxito de desextinción. Estamos creando copias funcionales de algo que solía estar vivo”, declaró en una reciente entrevista. Aunque los ejemplares permanecerán en cautiverio, este avance tecnológico podría aplicarse para proteger especies aún vivas, como el lobo rojo, en peligro crítico y limitado a Carolina del Norte. Este proyecto no solo desafía los límites de la biología sintética, sino que también plantea preguntas éticas sobre el bienestar animal y la conservación. Mientras algunos expertos abogan por protocolos rigurosos y marcos regulatorios que garanticen la responsabilidad ecológica, otros ven en la desextinción una herramienta para restaurar dinámicas de ecosistemas perdidos. De prosperar, la reintroducción de estos lobos podría revitalizar hábitats y equilibrar poblaciones de presas. Sin embargo, su éxito dependerá de evaluaciones de comportamiento en semilibertad y de la capacidad de estos animales para adaptarse a entornos naturales. Fuentes consultadas: Colossal Biosciences (2025). Press Release: First Giant Wolf Cubs. https://www.tiktok.com/@mscnoticias?lang=es