Venezuela se convierte en el primer país de América Latina en perder todos sus glaciares. Este fenómeno se ha consumado con la desaparición de “La Corona”, el último glaciar tropical de la nación, situado en el pico Humboldt a 4,900 metros sobre el nivel del mar. Entre 2019 y 2023, este glaciar perdió el 50% de su superficie, sellando así su destino.
La Iniciativa Internacional sobre el Clima y la Criosfera (ICCI) ha declarado oficialmente que “La Corona” ya no cumple con los criterios para ser considerado un glaciar debido a su drástico reducimiento en tamaño. Este anuncio convierte a Venezuela en el primer país de la cordillera de los Andes en perder todos sus glaciares, un evento sin precedentes en la historia moderna.
“Esto convierte a Venezuela en el primer país de la cordillera de los Andes en perder todos sus glaciares”, enfatizó el ICCI. En marzo, los científicos ya habían advertido sobre la inminente desaparición del último glaciar del país, alertando a la comunidad internacional sobre la gravedad de la situación.
Aunque Venezuela es conocida por su clima tropical, la altitud de la Cordillera de Los Andes permitió la existencia de glaciares. Originalmente, hubo seis en la Sierra Nevada, pero para 2011, cinco ya habían desaparecido, dejando “La Corona” como el último sobreviviente. Este fenómeno refleja una tendencia alarmante que podría afectar a otros glaciares tropicales en los Andes de Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, que ahora corren un grave peligro de desaparecer.
La desaparición de estos glaciares no es solo un proceso natural; el cambio climático ha acelerado significativamente este ciclo. La reducción de los glaciares tiene un impacto profundo en los ecosistemas locales, afectando el suministro de agua y la biodiversidad de las regiones andinas.
En resumen, Venezuela enfrenta una nueva realidad sin glaciares, un recordatorio de los efectos devastadores del cambio climático. Esta situación destaca la urgencia de implementar medidas globales para combatir el calentamiento global y proteger los glaciares restantes en la región andina y en todo el mundo.
El Fascinante Origen del Día de las Bromas de Abril El Día de las Bromas de Abril, conocido también como “April Fools’ Day”, tiene raíces históricas sorprendentes. A mediados del siglo XVI, el Año Nuevo se celebraba entre el 25 de marzo y el 1 de abril. Todo cambió cuando un decreto del rey de Francia, conocido como el Edicto de Roussillon, trasladó esta festividad al 1 de enero. Sin embargo, la noticia no llegó a todos de inmediato. Muchas regiones francesas y colonias protestantes en América, por desconocimiento o resistencia, siguieron festejando en abril, lo que les ganó el apodo de “tontos”. Con el tiempo, esta confusión dio paso a una tradición única. Los norteamericanos, ingeniosos y burlones, transformaron el 1 de abril en el Día de las Bromas, una fecha para sorprender con travesuras y regalos divertidos. Lo que comenzó como un error histórico se convirtió en una celebración global, donde la creatividad y el humor son protagonistas. A pesar de su origen europeo, el Día de las Bromas trasciende fronteras. Hoy, empresas, medios y personas aprovechan esta fecha para conectar con audiencias mediante bromas ingeniosas, fortaleciendo lazos sociales y culturales. Es un recordatorio de cómo un malentendido puede evolucionar en algo positivo y entretenido. Fuentes adicionales: “The History of April Fools’ Day” (History.com) “April Fools’ Day: Origins and Traditions” (National Geographic) https://www.tiktok.com/@mscnoticias?lang=es
Con más de 13.000 años extinto, el lobo gigante renace en laboratorio como el primer caso exitoso de desextinción, gracias a la edición genética avanzada de Colossal Biosciences. Colossal Biosciences ha alcanzado un hito sin precedentes al presentar tres cachorros que combinan el ADN del lobo gris moderno con variantes genéticas del lobo gigante, especie desaparecida hace más de 13 000 años. Tras recuperar ADN fósil en 2021, el equipo identificó 20 genes clave asociados a mayor tamaño, densidad de pelaje y robustez ósea. Utilizando CRISPR, editaron células de lobo gris para crear embriones implantados en madres sustitutas caninas, dando lugar a Rómulo, Remo y Khaleesi, dos machos de seis meses y una hembra de dos meses, respectivamente. La directora científica de Colossal, Beth Shapiro, calificó a estas crías como “el primer caso de éxito de desextinción. Estamos creando copias funcionales de algo que solía estar vivo”, declaró en una reciente entrevista. Aunque los ejemplares permanecerán en cautiverio, este avance tecnológico podría aplicarse para proteger especies aún vivas, como el lobo rojo, en peligro crítico y limitado a Carolina del Norte. Este proyecto no solo desafía los límites de la biología sintética, sino que también plantea preguntas éticas sobre el bienestar animal y la conservación. Mientras algunos expertos abogan por protocolos rigurosos y marcos regulatorios que garanticen la responsabilidad ecológica, otros ven en la desextinción una herramienta para restaurar dinámicas de ecosistemas perdidos. De prosperar, la reintroducción de estos lobos podría revitalizar hábitats y equilibrar poblaciones de presas. Sin embargo, su éxito dependerá de evaluaciones de comportamiento en semilibertad y de la capacidad de estos animales para adaptarse a entornos naturales. Fuentes consultadas: Colossal Biosciences (2025). Press Release: First Giant Wolf Cubs. https://www.tiktok.com/@mscnoticias?lang=es