Las organizaciones tienen la oportunidad de repensar sus estructuras para adaptarse a los nuevos modos de ser y de hacer que llegaron con la pandemia.
Sí tuviésemos que secuenciar conceptualmente los distintos momentos de las organizaciones en relación con la pandemia, podemos aplicar el modelo de las tres R: reacción, recuperación y reinvención.
El 2020 fue el año del trabajo remoto, a mi gusto mal llamado “home office” o “teletrabajo”, porque niega las complejidades de una realidad en pandemia, mucho más delicada y preocupante que el simple hecho de trabajar desde casa.
De manera repentina, el trabajo virtual implicó la necesidad de convivir, de un día para el otro, con un espacio y temporalidad que perdía todo tipo de límites donde las reuniones de zoom de los hijos, el cuidado de nuestros mayores, la necesidad de compartir la única compu de la casa o la lucha por el ancho de banda, las tareas domesticas adicionales y el trabajo virtual, se entrecruzaban y se siguen entrecruzando de forma caótica en nuestra cotidianeidad.
La recuperación, impulsada por la inversión tecnológica y la gestión del capital humano permitieron a las organizaciones ponerse, de alguna manera a la altura de la situación, defiendo protocolos y re estrcuturando sus organizaciones y fuerza de trabajo.
Hoy, después de un año y medio de pandemia, estamos claramente frente a la oportunidad de reinventarnos y, en esta línea, van a ser muy importantes las decisiones que tomen las organizaciones con respecto a la implementación de modelos híbridos de trabajo, los cuales han venido para quedarse.
Los modelos híbridos van a permitir dar mayor libertad y flexibilidad a los empleados para poder elegir en qué momentos estar en la oficina y en qué momentos poder seguir trabajando desde el hogar, y de esta forma adueñarse de la gestion de su propio tiempo.
El impacto de la pandemia en las organizaciones y de este modo de trabajo híbrido generan consecuentemente, desafíos para las organizaciones y los líderes. Para las organizaciones, se trata de repensar desde la estructura organizacional hacia modelos más líquidos, horizontales y participativos, hasta la distribución de los espacios físicos como lugares mucho más abiertos y compartidos, contribuyendo así a romper barreras entre áreas, funciones y negocios y generando más espacios donde la gente, según sus responsabilidades, puedan interactuar conforme a sus objetivos.
Asimismo, estos cambios conllevan la emergencia de nuevos desafíos para los líderes, como por ejemplo el construir una cultura basada en la confianza, estar cerca desde la virtualidad, monitorear y darle continuidad a los proyectos desde un modo que no sea el control de las actividades, sino el de acompañamiento en el logro de los resultados.
Otro punto importante, en este camino de reinvención que está emergiendo con cada vez más fuerza, es el de la revalorización de la salud integral de las personas: no solo desde el punto meramente físico, emocional, psicológico. Esto está empezando a generar conversaciones e iniciativas al interior de las organizaciones, que tienden a gestionar a las personas en cada uno de estos dominios y en generar estrategias específicas que realmente permitan el cuidado integral de las personas.
En este sentido, aun queda mucho por recorrer. Un dato interesante de una investigación reciente, muestra que el 71% de los empleadores y ejecutivos dice estar haciendo algo al respecto en cuanto a este tema, pero sin embargo sólo el 27% de los empleados puede hoy percibir o reconocer estos esfuerzos.
Hoy, es vital volver a conectar con las necesidades reales de nuestros equipos. El famoso work-life balance debe reconciliarse con nuestro modo de trabajar, entendiendo que el disfrute y el logro de objetivos pueden ir de la mano si se lo piensa desde un lugar más amplio. Hay que hacer coincidir dos factores que parecían antagónicos: cumplir con el trabajo y cuidar la calidad de vida.
Se está instalando un modelo en el cual la gente valora los espacios para la exploración, el aprendizaje, tomar la iniciativa y la colaboración para adaptarse a las nuevas realidades, donde las personas se puedan mostrar tal cual son. Un espacio presencial o virtual más descontracturado, más espontaneo y más libre.
Sin dudas, el nuevo formato replantea nuevos modos de ser y hacer. Las organizaciones que primero entiendan estas nuevas reglas de juego y logren implementarlas serán las primeras en ver el impacto positivo en sus resultados.
Por Sergio Meller
Fuente: viajesboletin
El Fascinante Origen del Día de las Bromas de Abril El Día de las Bromas de Abril, conocido también como “April Fools’ Day”, tiene raíces históricas sorprendentes. A mediados del siglo XVI, el Año Nuevo se celebraba entre el 25 de marzo y el 1 de abril. Todo cambió cuando un decreto del rey de Francia, conocido como el Edicto de Roussillon, trasladó esta festividad al 1 de enero. Sin embargo, la noticia no llegó a todos de inmediato. Muchas regiones francesas y colonias protestantes en América, por desconocimiento o resistencia, siguieron festejando en abril, lo que les ganó el apodo de “tontos”. Con el tiempo, esta confusión dio paso a una tradición única. Los norteamericanos, ingeniosos y burlones, transformaron el 1 de abril en el Día de las Bromas, una fecha para sorprender con travesuras y regalos divertidos. Lo que comenzó como un error histórico se convirtió en una celebración global, donde la creatividad y el humor son protagonistas. A pesar de su origen europeo, el Día de las Bromas trasciende fronteras. Hoy, empresas, medios y personas aprovechan esta fecha para conectar con audiencias mediante bromas ingeniosas, fortaleciendo lazos sociales y culturales. Es un recordatorio de cómo un malentendido puede evolucionar en algo positivo y entretenido. Fuentes adicionales: “The History of April Fools’ Day” (History.com) “April Fools’ Day: Origins and Traditions” (National Geographic) https://www.tiktok.com/@mscnoticias?lang=es
Con más de 13.000 años extinto, el lobo gigante renace en laboratorio como el primer caso exitoso de desextinción, gracias a la edición genética avanzada de Colossal Biosciences. Colossal Biosciences ha alcanzado un hito sin precedentes al presentar tres cachorros que combinan el ADN del lobo gris moderno con variantes genéticas del lobo gigante, especie desaparecida hace más de 13 000 años. Tras recuperar ADN fósil en 2021, el equipo identificó 20 genes clave asociados a mayor tamaño, densidad de pelaje y robustez ósea. Utilizando CRISPR, editaron células de lobo gris para crear embriones implantados en madres sustitutas caninas, dando lugar a Rómulo, Remo y Khaleesi, dos machos de seis meses y una hembra de dos meses, respectivamente. La directora científica de Colossal, Beth Shapiro, calificó a estas crías como “el primer caso de éxito de desextinción. Estamos creando copias funcionales de algo que solía estar vivo”, declaró en una reciente entrevista. Aunque los ejemplares permanecerán en cautiverio, este avance tecnológico podría aplicarse para proteger especies aún vivas, como el lobo rojo, en peligro crítico y limitado a Carolina del Norte. Este proyecto no solo desafía los límites de la biología sintética, sino que también plantea preguntas éticas sobre el bienestar animal y la conservación. Mientras algunos expertos abogan por protocolos rigurosos y marcos regulatorios que garanticen la responsabilidad ecológica, otros ven en la desextinción una herramienta para restaurar dinámicas de ecosistemas perdidos. De prosperar, la reintroducción de estos lobos podría revitalizar hábitats y equilibrar poblaciones de presas. Sin embargo, su éxito dependerá de evaluaciones de comportamiento en semilibertad y de la capacidad de estos animales para adaptarse a entornos naturales. Fuentes consultadas: Colossal Biosciences (2025). Press Release: First Giant Wolf Cubs. https://www.tiktok.com/@mscnoticias?lang=es